miércoles, 9 de enero de 2013

Y decimos Adios y pedimos a Dios.

Debería estar tipeando los últimos párrafos de mi porfiada tesis, pero tengo como esa necesidad de dejar en algún lugar esas cosas que se me vienen a la cabeza. Esos análisis tardíos que poco a poco van llegando a mi mente. No se muy bien que quiero decir, creo que las ideas se van desarrollando en el camino. A lo mejor tiene que ver con que no escribí mi clásica nota en fcb sobre este fin de año. Desde hace unos cuantos años ya que lo hacia. Y ahora que lo pienso, quizás me traía mala suerte. En fin, aquí voy.

No puedo evitar escribir respecto al año que se fue, y a este que comienza. No me gusta caer mucho en esas frases cliches, pero tengo la sensación de que ahora el cliche es quejarse un poco de todo. Me hubiese gustado hacer la estadística y dar el numero exacto, pero estoy seguro que mas de la mitad de las personas que conozco pedían a gritos que se acabara el 2012. Quizás muchos teníamos grandes esperanzas en ese año. Año del bicentenario, año de elecciones, año de cambios. Y si bien se que ningún año puede ser igual a otro, este 2012 fue particularmente distinto a los que había vivido hasta ahora.

En primer lugar, viví un brigido cambio en lo que fue mi vida y la forma de vivirla. Dejar de lado las salas de clase, los profesores, los compañeros y mas que dejar la U, es dejar un ciclo en cuanto a tu enseñanza y formación. Puedo volver a estudiar en cualquier lado, y se que nunca mas sera como antes. Y mas que por las personas o el lugar, creo que es por que yo soy distinto. Este año que paso me puso a prueba en muchos aspectos, y creo que volvió a probar mis limites. Que soy capaz de hacer, hasta donde soy capaz. Que tan hijo del rigor sigo siendo, y si me volví o no mas proactivo. Tanta libertad e independencia que tengo en estos momentos me asusta un poco. Y no se trata de si me voy a carretear sin avisar a donde, o si llego o no a la casa. Creo que esta mucho mas asociado a los caminos que se van presentando y la autonomía para decidir que tengo. El empezar a ganar dinero (y mucho dinero) también influye harto. A ratos temo haberme vuelto un poco consumista y materialista. O a lo mejor es simplemente el adquirir esas cosas que siempre quisiste y que dijiste algún día...

Si hay algo fundamental que tuvo este 2012 es ver toda la gente que tengo a mi alrededor. Perdí contacto con muchas personas. A algunos los extraño, y a otros nisiquiera recuerdo. No se si conocí tanta gente en numero. Por supuesto, no me hice muchos amigos, si muchos conocidos que veremos en que se transforman con el tiempo. Pero el tiempo y la distancia supo poner a prueba esas relaciones humanas que tenia hasta hace unos meses atrás. Es fácil tener amigos viéndolos todos los días. De hecho, es fácil llamarle amigo a alguien así. Lo difícil es sentir esa amistad con alguien que ves escasamente una vez a la semana, o un par de veces al mes. Y menos quizás. Eso es fuerte, es brigido, pero te hace madurar caleta. Siempre he sido sociable. Siempre he sido de reunir mucha gente a mi alrededor. Y eso es por que siempre me ha dado miedo la soledad. Ahora me doy cuenta cuan fuerte o importantes son aquellas personas que independiente de todo, siempre han sabido estar ahí. De una u otra forma. Creo que hoy en día no existen excusas para no poder comunicarse con alguien. Si no lo haces, es única y exclusivamente por que no quieres hacerlo. Yo lo he hecho, y lo han hecho conmigo. Y eso me hace feliz.

En ese mismo sentido, he valorado muchisimo mas a quienes siempre han estado ahí. No se cuantas veces he escrito en cualquier red social. Estoy seguro que he hablado mil veces sobre amor, desamor, amistad. Pero muy pocas veces he agradecido la familia que tengo. Y aunque a veces me exasperen, no los entienda o no me entiendan, creo que son las únicas personas que nunca me han fallado en la vida. No ha sido una laaarga vida, pero si vivida de forma intensa. Y entre tanta intensidad, he sabido de decepciones y de derrotas. Y los que nunca dudaron ni por un segundo en darme una palabra de aliento o un abrazo, fueron ellos. Los mismos que me han apoyado 1 millón de veces en todos mis desafíos, y que se que me apoyarian 1 millón de veces por la simple y sencilla razón de querer verme feliz. Se que muchas veces he sido ingrato con ellos, muchas veces los cambie por diversas personas o panoramas, pero creo que este año que se fue me enseño y me demostró cuan importante soy para ellos, cuan fuerte es el lazo que existe entre nosotros y todas las cosas que estaríamos dispuestos a hacer el uno por el otro. Y es lindo y bacan empezar un año sabiendo eso.

Tampoco puedo dejar de mencionar el cambio (definitivo) de mi situación sentimental. A lo mejor y si Dios me da la oportunidad de vivir hasta los 90 años, 3 años no sean nada. Entre tantos años y tantas canas, puede que 3 años se pasen en un suspiro. Pero hoy, a mis cortos 23 años, este periodo de tiempo no es menor. De hecho, es el 12,5% de toda mi vida. Si ha eso le descuento el tiempo donde era mas feliz jugando con los legos o con ponerle armas a mis Batmans, y considero solo el periodo donde me transforme en el macho alfa que soy (risas), probablemente 3 años se conviertan en un tercio de mi vida. Un tercio. No es poco, creo yo. No quiero entrar mucho en detalles en este aspecto, por que creo que me ha hecho cuestionar varias cosas de mi vida. Creo que cuando busco las enseñanzas que esto me dejo, nisiquiera me pregunto si fui buen pololo o no. Creo que va mucho mas allá. Y hace que cuestione mucho mi propia forma de ser (no mi sexualidad). Se que en muchos pasajes de este año que paso quise que estuvieras conmigo. Y estoy seguro de que tu sentiste lo mismo. Pero tenemos lo que buscamos tener. Nisiquiera lo que merecemos. Tenemos lo que cada uno forjo con las desiciones que tomo. Ni mas no menos. Me da pena que mi corazón este dominado en una parte no menor por el rencor y la rabia. Pero siento que llegara un día, quizás no ese día que soñamos en alguna playa de la sexta región de este país, pero si un buen día donde Dios o el destino quieran hacerme ver que todo el amor que entregue y que recibi, fue real y sincero. Que las equivocaciones fueron eso, solo equivocaciones. Que en el fondo de mi corazón, ese día de agosto de hace 3 años atrás, pude tomar la mejor decisión. Me encantaría que ese bien día fuese hoy mismo. Que al irme a la cama, me vaya con una sensación grata de tranquilidad y paz. Pero creo que aún me falta trabajo por hacer. Y quizás ahí es donde esta mi gran desafió para este año.

Cuando todos hablaban sobre el termino del año pasado, y los deseos para este que comienza, me daba la sensación de que era como hacer la lista del supermercado. Onda, quiero tranquilidad, felicidad y sabiduría, pero solo si esta en promoción. Y siento que las cosas no llegan así a la vida de uno. De ser así, le hubiese pedido una tesis al viejito pascuero en vez de todas las otras cosas que me trajo. Como lo dije arriba, cada uno tiene y consigue lo que sus propios actos determinan. Se que este año sera de mucho esfuerzo, que si la dinámica del 2012 fue extraña, la de este año sera todo un desafío. Soy consiente de muchas cosas que debo hacer, de proyectos que quiero concretar. Y se también cual es el camino que debo tomar. Pero me di cuenta también que no puedo hacer solo. A cualquiera que me haya conocido cuando entre a la U, se que las próxima lineas le van a parecer un disparate viniendo de mi. Pero siento que si hay cosas que no resultaron en mi vida, es por que no tuve la suficiente fe en mi, en ti (un ti hipotético, no se refiere a "ti" propiamente tal) y en Dios. La U, la vida que empecé a tener, y mis éxitos y fracasos, coinciden con el haberse alejado de algo que para mi es fundamental. Y que debo retomar. Ya nisiquiera por como opción. Es algo que debo hacer. Y no por que quiera hacerme sacerdote o algo por el estilo. Sino por que, mas allá de mis desafíos laborales/personales/pasionales/profesionales y demases, mi gran desafió para este año se resume en una sola palabra: Perdón. Esa palabra, ese concepto, ese valor o esa "cosa", es la que debo aprender a desarrollar con urgencia. No me interesa el exitismo, ni el sueldo, ni si me compro un departamento o sigo viviendo con mis viejos. Lo que si me importa es que, aun cuando no consiga nada de lo que dije, si el 10 de enero (día de mi santo por si acaso...) del 2014 estoy sentado en esta misma silla, con las mimas cosas que tengo ahora, pero habiendo aprendido a perdonar y habiendo podido hacerlo, estoy seguro que puedo decir que entonces este año que esta comenzando sera un muy bien año.

Salud!

PD: Mi primera moraleja del año es, si escribiera para mi tesis como escribo aquí, la wea la habría terminado hace rato.

1 comentario:

Neverland dijo...

Para de llorar por tu tesis y termínala de una vez ;)